sábado, 26 de marzo de 2011

ANCHA ES CASTILLA


Imposible actualizar el blog durante estos días. Estamos metidos en tantos líos que no queda tiempo para nada. Andamos colaborando en Cuerdas por Japón y hoy tenemos perfo en Tabacalera.
Ayer estuvimos en Zamora, invitados por Domingo Sánchez Blanco, artista salmantino de raza con el que ya había coincidido en el pasado. En la recia ciudad castellana descubrimos un espacio -Sala de cura-, un antiguo secadero de jamón reconvertido en espacio cultural con techos llenos de ganchos, cámaras frigoríficas con puertas de acero, cruces rescatadas de cementerios y cosas así. El sueño de un guionista de Saw.
Si toda va bien, participaremos en la pieza que Domingo ha creado estableciendo una relación directa entre el continente y el contenido. Será, por tanto, una obra cruel, bizarra, exagerada y única. La  puesta en escena está prevista para el primer fin de semana de mayo, días cercanos a esa Semana Santa austera y sadomasoquista que tanto celebran en la ciudad. Pero, como diría Billy Wilder, esa es otra historia.


Volvimos a Madrid entre lluvias torrenciales, carreteras imposibles, nieblas tenebrosas y amenazantes y hasta cordiales controles de policía. Pasamos por Salamanca, ciudad golfa donde las haya, por Alba de Tormes, recinto entregado al buen embutido y a cierta santa sicodélica, por Piedrahita, pueblo escondido bajo el diluvio, y cenamos en Ávila, fría, lluviosa, huracanada y fantasmagórica.
Estuvo bien pasearse por esa Castilla eterna y profunda, luminosa a veces, oscura muy a menudo.


Fotos: Akhesa.

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