Linda Esatman, recepcionista de la revista "Town&Country" y aficionada a la fotografía, consiguió colarse en una sesión fotográfica que los Rolling Stones, recién instalados en la cima del éxito, celebraban a bordo de un barco que navegaba por el neoyorquino río Hudson. Aquellas imágenes consiguieron que las puertas de las redacciones musicales se le abrieran de par en par.
A partir de ese momento, Linda Eastman se convirtió en una fotógrafa habitual de la escena rockera. Sus fotos de Jimi Hendrix, Jim Morrison, Aretha Franklin, Simon&Garfunkel, Eric Clapton y otros iconos del pop sesentero la catapultaron hasta la portada de Rolling Stone y hasta los fab four, o sea, los Beatles. Un par de años después se casaba con Paul McCartney. Los cronistas de la época culparon a Yoko Ono de la disolución del grupo, pero algunos estudiosos de las interioridades de los de Liverpool no descartaban a Linda como elemento acelerador.
Convertida ya en Linda McCartney y, por lo tanto, al otro lado de la escena periodística, siguió haciendo fotos a sus amigos, a sus caballos y, sobre todo, a su propia familia. Y así siguió hasta que un cáncer acabó con su vida de forma prematura.
Esa larga historia personal y profesional es lo que recoge Linda McCartney: A Life in Photographs, el libro que acaba de publicar Taschen en edición plurilingüe (alemán, inglés y francés) y en dos formatos: Edición de Arte de 125 ejemplares numerados (inaccesible) y edición normal de tapas duras y 280 páginas (49,99€).
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