jueves, 21 de abril de 2011

AULLIDO


"He visto los mejores cerebros de mi generación destruidos por la locura, hambrientos, histéricos, desnudos, arrastrándose por las calles al amanecer en busca de un pico". Así empezaba "Howl", el poema que Allen Ginsberg escribió en 1955 y que se convertiría en la incendiaria proclama de toda una generación, la "Beat generation". Yo lo leí a finales de los sesenta, con dieciséis años, más o menos. En aquellos tiempos devoraba  novelas como "En la carretera" (Jack Kerouac) o "El almuerzo desnudo" (William S. Burroughs), junto a manifiestos cinematográficos del underground tipo "Diarios de Cine" (Jonas Mekas). Lecturas mezcladas, eso sí, con las obras completas del Marqués de Sade y otros textos eróticos y/o malditos.


El pasado 25 de marzo se estrenó "Howl", el biopic sobre Allen Ginsberg, el proceso de creación del poema y sus posteriores problemas con la justicia al ser calificado como obsceno. Tengo que reconocer que el estreno se me pasó y no he tenido ocasión de verla, pero tiene buena pinta.
La "beat generation" ha disfrutado de sucesivas recuperaciones, la última, a finales del siglo pasado, por parte del llamado movimiento "hipster". Y de esa relación entre ambas generaciones, de sus distancias y de las actitudes vitales del nuevo movimiento es de lo que habla ¿Qué fue "lo hipster"? Una investigación sociológica, el ensayo de Mark Greif que estos días edita Alpha Decay.

  

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