Los tiempos cambian y algunas costumbres se pierden, pero la era digital no debería impedir que algunas se recuperen. Durante mi infancia solía frecuentar los cines de verano. En cualquier descampado colocaban una pantalla y unas sillas de tijera y proyectaban películas para todos los públicos. Eran tiempos grises y oscuros, pero aquella pantalla iluminaba nuestras noches en technicolor, entre ruido de pipas y chasquidos de mecheros. Sí, claro, se podía fumar.
La gente del Raval Verd (mi querido Raval, mi barrio de Barcelona de toda la vida) ha recuperado la cosa y, en colaboración con varios locales del barrio, han montado un ciclo de cine veraniego y le han añadido un poquito de salsa picante. "De puta a puta, taconazo" proyecta películas ya vistas, pero revisables, de propuestas alternativas y sexualidad heterodoxa. Sólo 2 euritos de nada y con consumición. Y al fresco.
Dejo cartel, clip y enlace con toda la información.
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